Reseña Jabón Dove

Escrito por Alexandra, lectora del blog.

Cuando tenía catorce años, quise maquillarme por primera vez. Como correspondía a una adolescente que vive en pleno siglo veintiuno y que se considera “grande y con completo derecho de tomar sus propias decisiones sin obligación de acudir a su mamá”. Pero, aunque tratara, la cosa no me pudo gustar. Así que desistí de mis deseos por usar delineador, rubor, sombra y cuanto producto cosmético destinado a este fin existiese. Por ende, me creí libre de ese tedioso proceso de limpiar la piel todos los días. 

Sin embargo, cuatro años después y mucho más preocupada por la salud cutánea, las arrugas futuras y el deterioro que causa el maquillaje en la piel, el tema volvió a mi cabecilla cuando escuché en la televisión una pregunta: ¿Te atreverías a salir a la calle sin maquillaje? Obviamente yo me alegré por poder hacerlo, no obstante, me pregunté a mí misma: “Misma, ¿por qué nunca lavas tu rostro si la suciedad del ambiente equivale, lamentablemente, a maquillarse?.” Entonces, ¡bang!, una bomba atómica detonó en mi interior y a los días llegó a mí el jabón líquido Dove con ¼ de crema humectante. 

El momento de enfrentarme al jabón llegó y yo, lo escruté con la mirada y me permití sentirme escéptica con respecto a él (porque, en serio, me cuesta creer en las publicidades tan prometedoras como la este productirijillo). Emprendí la tarea; mojé mi cara con agua, apliqué el jabón con suaves masajes, lo dejé puesto por un minuto y lavé. Hoy, luego de un mes y medio de uso, me siento con total responsabilidad de admitirles que es lo mejor. Tal y como dice nuestra linda C., lo mejor del universo universal. 

Omitiría demasiado si no les dijera que me dejó con la boca abierta; es que no podía creer que un producto así dejara mi piel tan limpia y, por sobre todo, demasiado suave. De hecho, mi piel luce igual de blanca que cuando uso el exfoliante de damasco de St. Ives, o sea, como nueva. Aunque eso sí, hay veces en que siento mi rostro un poco tirante, pero lo soluciono aplicando los menjunjes que prosiguen al lavado diario (leche virginal o agua de azahar y crema nivea). 

¿Piel suave y radiante como asegura el comercial? Sí, esta vez sí.